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Con el inicio del nuevo curso, surgen nuevas dudas e inquietudes sobre la evolución de nuestros hijos. Muchos padres se preguntan cuándo debe coger bien un niño el lápiz. Pues bien, en primer lugar, debemos recordar que cada individuo es único. Por lo tanto, tiene sus propios tiempos de evolución y estos deben ser respetados.

 

¿Cuándo debe coger bien un niño el lápiz?

Si nos fijamos, a grosso modo, en la evolución manipulativa de un individuo desde su nacimiento, podemos ver que uno de los reflejos que aparecen en los primeros meses de vida es el reflejo de prensión palmar. Éste sucede cuando tocamos la palma de la mano de un bebé, y ésta se cierra de manera automática. Con los meses, este reflejo desaparece y el niño inicia una prensión de manera voluntaria hacia los objetos. Más tarde aparece la exploración, manipulación y por último la capacidad de usarlos.
Teniendo en cuenta esto, debemos saber que para poder realizar escritura, deben haberse cumplido también unas etapas madurativas previas. Éstas son tanto a nivel de manipulación como de percepción y coordinación de nuestro cuerpo.
A continuación, nombraremos algunos de los requisitos previos necesarios para la realización de un correcto agarre del lápiz.

Requisitos previos para el correcto agarre del lápiz

 

HABILIDAD

SIGNIFICADO

CONTROL POSTURAL

 

 

 

Se trata de la capacidad que tenemos para mantener nuestra cabeza y tronco alineados, a la vez que nuestros músculos coordinados para poder mantenernos erguidos.
Esta postura nos permitirá ser más receptivos al mundo que nos rodea.

ESTABILIDAD
en tronco, hombros, codos, muñecas y manos

La fijación voluntaria de cada una de nuestras articulaciones y músculos en el momento adecuado es necesaria para poder realizar movimientos de coordinación y precisión.

TONO MUSCULAR ADECUADO

 

Muchos niños presentan alteración a nivel muscular (bajo o alto tono muscular), esto dificulta los movimientos precisos y el correcto control postural.

PROPIOCEPCIÓN

 

 

 

Informa a nuestro cerebro de la posición de cada uno de nuestros músculos y nos hace conscientes de nuestra posición en el espacio, además nos permite planificar los movimientos necesarios para ejecutar un movimiento.

COORDINACIÓN ÓCULO-MANUAL

 

Consiste en la capacidad de sincronizar el movimiento ocular con el manual.
Por lo que debemos tener en cuenta la existencia de alteraciones visuales.

PROCESAMIENTO SENSORIAL

 

 

 

 

Se trata de la manera en que se integran los estímulos que nos rodean y la respuesta que se genera en base a éstos. Por lo que una alteración en el procesamiento táctil puede repercutir en la manera de realizar un correcto agarre, como por ejemplo, ejerciendo mayor fuerza o debilidad sobre el lápiz.

CAPACIDADES COGNITIVAS

 

Los procesos de atención, memoria y procesamiento ejecutivo, son imprescindibles para un buen funcionamiento global de nuestro cuerpo, ya que sin una correcta atención, no podremos dirigirnos a una tarea en concreto.

 

Además de estos requisitos, debemos conocer cuál es la evolución en la realización de pinzas digitales y las edades aproximadas en las que esto sucede, así pues podemos tomar como referencia los siguientes datos:

 

desarrollo

 

Evolución de las pinzas digitales

En base a esto, observamos que hasta al menos los 4 años y medio de edad, el niño no iniciará una pinza trípode, la cual irá evolucionando durante al menos 2 años hasta convertirse en una pinza realmente precisa, coordinada y funcional que permita realizar un agarre correcto del lápiz.
No obstante, hay niños que alcanzan más tarde esta capacidad o muestran mayor dificultad debido a que sufren una alteración en su desarrollo, bien sea por trastornos del neurodesarrollo, por daño cerebral, u otros.
En estos casos, además de las alteraciones cognitivas que pueden presentarse y el retraso evolutivo que conlleva, podemos encontrar alteraciones en la estructura de las manos. En estos casos, precisaremos, en ocasiones, de adaptaciones específicas para poder realizar el agarre funcional del lápiz.

 

Un agarre ineficiente puede afectar de manera negativa al control de los movimientos, lo que provoca en los niños mala letra, necesidad de emplear más tiempo, cansancio, molestias… en resumen: POCO INTERÉS  POR UNA ACTIVIDAD QUE FORMA PARTE DE SU VIDA DIARIA (e incluso evitación), por eso es tan importante fomentar el desarrollo de un agarre maduro y eficiente.

El uso de herramientas y útiles de escritura (pinturas, rotuladores, etc.) normalmente comienza en los años preescolares, aunque es necesario que previamente la función manual haya ido desarrollándose a través de un amplio número de actividades variadas: gatear, jugar con arena y otras texturas, plastilina, agarrar, alcanzar, tirar, soltar, aplastar, empujar, rasgar, rompecabezas, construcciones, piezas de distintos tamaños.

 

 

Las destrezas necesarias para conseguir un agarre de los útiles de escritura de manera efectiva requieren de un trabajo conjunto de aspectos cognitivos, perceptivos y sensorio-motores.

 

Antes de alcanzar un agarre eficiente el desarrollo suele ir avanzando de manera evolutiva siguiendo los siguientes patrones, no son patrones cerrados y puede haber muchos otros intermedios. También puede no llegar a desarrollarse una pinza trípode, pero conseguir una pinza funcional que permita el manejo adecuado del útil de escritura.

A partir de los 5-6 años, cuando una pinza ha sido establecida y el niño puede realizar un uso funcional con ella será muy difícil variarla.

 

o    Presa cilíndrica o presa palmar supinada: Aparece entre el año y año y medio. Se emplea toda la mano para sujetar la herramienta, y el movimiento procede de segmentos proximales (se mueve el hombro y el brazo para mover la mano). Se trata de un agarre estático.

o    Presa digital pronada: Aparece entre los 2-3 años. Los dedos sujetan la herramienta, el hombro comienza a ser más estable y entonces los movimientos proceden de segmentos más distales (codo y antebrazo). Se trata de un agarre estático.

o    Pinza cuadrípode: Aparece a los 3 años y medio o 4 años. Los cuatro dedos participan en el agarre del útil. Ahora el movimiento procede de la muñeca y la mano, y hay mayor estabilidad de hombro y codo. Inicialmente es un agarre estático aunque puede evolucionar y convertirse en dinámico.

o    Pinza trípode: Aparece entre los 4 años y medio y se desarrolla y perfecciona hasta los 7 años. En ella participan el dedo pulgar índice y corazón. Inicialmente los tres dedos funcionan de manera unitaria, para posteriormente madurar hacia una pinza trípode dinámica.



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