EL NIÑO CON MOTRICIDAD LIBRE ESTÁ MÁS SERENO, CONCENTRADO Y ACTIVO
EL
NIÑO CON MOTRICIDAD LIBRE ESTÁ MÁS SERENO, CONCENTRADO Y ACTIVO
Pikler, que dirigió
el orfanato húngaro durante más de 30 años, dedicó toda su vida a la infancia. Aunque falleció hace casi cuatro décadas, su
obra sigue sorprendiéndonos por su plena aplicación en nuestros días. Hoy
queremos recordarla una vez más recuperando siete citas alrededor del concepto
de movimiento libre.
1. ¿Qué aporta el movimiento libre al niño?
"El
movimiento activo del niño, cuya iniciativa asume él y que él mismo ejecuta,
posee un papel preponderante en el conocimiento del propio cuerpo, en la
autoconciencia, en la percepción de su propia eficiencia, en el aprendizaje, en
el reconocimiento espacio-temporal del entorno en general".
Desarrollo
de los primeros años, no es posible parcelar el ser del niño. Hablamos de área
motora, área cognitiva y área emocional para facilitar la comprensión del ser,
pero todo está unido. En consecuencia, la forma en que un bebé aprende a moverse
tiene influencia en los demás aspectos de su desarrollo. Emmi Pikler lo tenía
claro hace ya mucho tiempo. Pero a pesar de su esfuerzo y sus aportaciones,
todavía hoy continúan vendiéndose productos perjudiciales y potencialmente
peligrosos, como los andadores.
2. Más beneficios de
la motricidad libre
"El
niño cuya motricidad es ‘libre’ se muestra atento y concentrado. Se muestra más
activo desde que es un bebé. Sus juegos son más variados porque, a partir de
posturas escogidas por él y que domina, puede buscar por sí mismo los juguetes.
Además, al hallarse en un equilibrio estable, puede utilizarlos mejor".
Emmi Pikler profundiza aquí en los vínculos entre el desarrollo motor y el desarrollo cognitivo. Porque la atención y la
concentración no empiezan a desarrollarse cuando un niño aprender a leer, sino
muchísimo antes. Desde sus primeros juegos y actividades el bebé ya está
ejercitando estas destrezas. Es evidente que las posibilidades de movimiento de
las que disfrute no sólo son determinantes a nivel motriz.
3. Los perjuicios de
imponer posturas a los niños
"El
perjuicio causado por las posturas impuestas no se limita al desarrollo de la
motricidad del niño, sino que también influye desfavorablemente en el
desarrollo psíquico, en el desarrollo de su personalidad".
Si los beneficios del movimiento libre no sólo tienen
que ver con el desarrollo del cuerpo, lo mismo sucede con los perjuicios.
Pikler pudo comprobar en sus investigaciones que las consecuencias de obligar a
un bebé a sentarse o ponerse en pie también se percibían en su carácter. Un
niño que se expone de manera reiterada a posturas que no domina tendrá mayor
sensación de riesgo y menor sensación de control; y por tanto, menos confianza
en sí mismo.
4. No enseñes a un
niño aquello que puede -y debe- aprender por sí mismo
"Es
preciso que nos ocupemos del niño pequeño con amor, con paciencia. Hemos de
enseñarle tantas cosas, cosas que sólo puede aprender de nosotros, a través de
nosotros. Pero resulta inútil y hasta desventajoso enseñarle a sentarle
sentándole, a ponerse de pie poniéndole de pie, etc. Cosas que él puede
aprender por sí mismo, por su propia iniciativa, con una mejor calidad,
mediante tentativas cargadas de alegría y de seguridad. Además, se vería
privado de una posibilidad de aprendizaje que habría influido favorablemente en
todo su desarrollo".
No se trata -ni mucho menos- de desentendernos de los
cuidados del bebé. Se trata de comprender que hay cosas que podemos enseñarles
y cosas que debe aprender por sus propios medios. Con
frecuencia, los problemas en este sentido surgen del desconocimiento de la
diferencia entre aprendizaje y maduración.
5. ¿Nos fijamos los padres en lo
verdaderamente importante?
"Hay
una competición, manifiesta o disimulada, entre los padres. ¿Qué niño adquiere
más rápidamente estos movimientos (gatear, ponerse en pie, sentarse…)? Sin
embargo, nadie se preocupa de la manera en que el niño ha llegado a ellos, ni
de la calidad del movimiento ejecutado".
"¿Todavía no camina? ¿Qué
edad tiene? Ah, yo en eso tuve mucha suerte, mi hijo caminaba ya antes de
cumplir el primer año". Seguro que en más de una
ocasión has escuchado esta clase de comentarios. Y por lo que parece, no son
nuevos. Pikler ya denunció en sus obras este tipo de inquietudes de
los padres. Al mismo tiempo, se preguntaba por qué nadie presta atención al cómo,
que es lo verdaderamente relevante. Porque no hay niños sanos lentos, sino
desarrollos diferentes.
6.
Movimiento libre no significa desentendernos del niño
"Algunos
interpretan mi intención atribuyéndome la idea de que, en general, no hay que
ocuparse del niño pequeño. ¡Lejos de mí semejante pensamiento! Es absolutamente
preciso ocuparse de él, intensamente incluso".
Por fortuna, esta clase de interpretación de las ideas de
Pikler sí parece superada en la actualidad. Nadie en su sano juicio cree que la
autora apostaba por ignorar los cuidados del niño. De hecho, el rol
del adulto de acuerdo con este modelo pedagógico. La
preparación de un entorno seguro y la observación activa figuran
entre sus cometidos más importantes.
7.
No olvidemos la importancia del afecto
"Tiene
una importancia fundamental que la madre establezca unos contactos serenos y
afectuosos, durante los que madre e hijo estén atentos uno al otro, capten bien
los significados del comportamiento del otro, se conozcan y se quieran".
Que
buena parte de la obra de Emmi Pikler centre su mirada en el desarrollo motriz
no significa que la autora niegue la importancia del afecto. El amor está en la
base de todo. Sin ese fundamento básico e imprescindible, nunca podremos ir más
allá

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